Alberto Gamero es oficialmente el nuevo entrenador del Deportivo Cali. Luego de semanas de tensión, preacuerdos y dudas, el club más golpeado del país respira aliviado. El estratega samario estampó su firma en un contrato por 18 meses, marcando el inicio de un proyecto que pretende rescatar a los azucareros de la crisis.
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Gamero no la puso fácil. Exigió garantías clave: pagos al día para los jugadores, claridad institucional y refuerzos competitivos. La dirigencia, obligada por la presión y la necesidad urgente de reestructurar, logró cumplir cada una de sus condiciones.
El punto de quiebre fue la llegada de un grupo inversor centroamericano, que adquirió parte del club, inyectó liquidez inmediata y permitió saldar compromisos atrasados.
Con los nuevos recursos, Cali cerró fichajes de peso: Andrés Felipe Correa, Felipe Aguilar, Joaquín Varela, Luis Manuel Orejuela y Andrés Colorado ya están en la ciudad y se suman al renovado proyecto deportivo. Además, se esperan otros nombres más de jerarquía para completar el equipo que afrontará la Liga BetPlay II-2025, que comienza este fin de semana.
Pero la transformación va más allá de lo deportivo y la dirigencia. El club comenzó formalmente su conversión a sociedad anónima, con aval del Ministerio del Deporte. Así nace el Club Profesional Deportivo Cali S.A., una figura que permitirá abrirse a la inversión privada, modernizar la administración y garantizar sostenibilidad a largo plazo.
La hinchada tiene una esperanza con el renacer del equipo. Con Gamero al mando y un modelo renovado, el Deportivo Cali intentará deja atrás la pesadilla de los últimos años que atormentó al club y estuvo a punto de hacerlo caer a la segunda división del FPC.
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