La crisis deportiva de Millonarios golpea a todos, pero hay un nombre que aparece en medio del ruido: Leonardo Castro. El goleador, referente del título de 2023, atraviesa un momento incómodo justo cuando su renovación parecía un trámite sencillo. Hoy, la presión de la hinchada y el clima hostil en El Campín convierten su continuidad en una incógnita.
Algunos aficionados ya lo expresan sin rodeos en redes sociales: “Qué pena con Leo que pasó de ver un estadio totalmente lleno y alentando a un estadio protestando por la mala dirigencia y la falta de compromiso de los jugadores. Entendería si se está replanteando las cosas”. Ese sentir refleja cómo la crisis directiva y los malos resultados afectan también a los jugadores que, en teoría, debían ser el soporte del proyecto.
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Castro llegó como fichaje estelar y respondió con goles. En sus primeros torneos con la camiseta azul se ganó a la tribuna con entrega y carácter, pero el presente es otro. La eliminación en torneos internacionales, el último lugar en la tabla y las constantes protestas de la hinchada desgastaron la relación entre equipo y afición.
El delantero mantiene contrato vigente, pero la renovación a largo plazo se enfría. Desde su entorno aseguran que está dispuesto a escuchar, aunque no cierra los ojos al panorama: un club en crisis, con incertidumbre deportiva y con hinchas que ya no celebran, sino que reclaman.
Millonarios no puede darse el lujo de perder a uno de sus pocos referentes. Sin embargo, el futuro de Leo Castro dependerá de lo que ocurra en las próximas semanas. Si el proyecto no se endereza, la renovación podría convertirse en el primer gran daño colateral de esta crisis azul.
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