DIM tocó la gloria con la punta de los dedos… y volvió a soltarla. En 2025, el Medellín se instaló en dos finales, pero terminó con las manos vacías y la etiqueta que más duele: “pecheada”. Dos golpes en el mismo calendario lo dejaron sin consuelo y con la duda instalada en cada esquina.
Primero llegó la Liga BetPlay I-2025. El equipo se ilusionó con la séptima estrella, llenó el Atanasio y jugó con el estadio a favor. Aun así, Santa Fe le pegó el golpe final y le apagó la fiesta.
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Ese tropiezo no quedó solo en un mal día. Con esa caída, el DIM completó cuatro finales de Liga perdidas de forma consecutiva: 2018-II, 2022-II, 2023-II y 2025-I. Un antirrécord que lo persigue cada vez que suena el himno en una definición.
Cuando parecía que la Copa BetPlay 2025 podía curar la herida, apareció otro final cruel. Atlético Nacional le cerró el camino y Medellín volvió a mirar el trofeo desde lejos.
Ahí nació la narrativa. No basta con competir; hay que rematar. Y al DIM le tiemblan las piernas cuando la historia exige sangre fría.
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El hincha ve una repetición: buen torneo, buena campaña, y un cierre que se desarma en el minuto clave. Por eso la palabra “pecheada” gana terreno.
Medellín tiene nivel para llegar. Ahora necesita carácter para coronarse. Si no cambia el final, el 2025 quedará como el año del “casi” más doloroso.
eldeportivo.com.co/Nota generada con IA y curada por ED

