(Opinión) – La eliminación del Deportivo Cali en la Liga BetPlay II-2025 deja un sabor amargo, pero era lo esperado por Humberto Arias, presidente del club.
Esto se debe a que no se podía ignorar el verdadero objetivo del semestre, el cual no era pelear el título, sino salvar a la institución de un debacle financiero.
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El samario Alberto Gamero intentó sostener un equipo a cuyos jugadores no le pagaban y la incertidumbre antes de cada fecha rondaba. Los futbolistas pasaron por deudas y cambios de administración, lo cual afectaba el rendimiento deportivo.
Bajo esas circunstancias, clasificar a los cuadrangulares semifinales de la Liga BetPlay II-2025 resultaba difícil, más allá de que el mismo Alberto lo priorizaba.
El exentrenador de Millonarios buscó darle identidad a un equipo caído y que de esa manera se alejara de la tabla del descenso. Al menos detuvo el desangre institucional que amenazaba con dejar al club sin rumbo.
Lo cierto es que la historia le exige al club pelear arriba. Sin embargo, el presente obliga a entender obliga a otras metas. El ‘azucarero’ necesitaba estabilizarse económicamente.
Gamero pidió tiempo y respaldo, lo cual ya tiene según las declaraciones del máximo mandatario del equipo. Si el club logra sanearse, podrá volver a ser ese gigante que marcó generaciones y que hoy lucha por sobrevivir.
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