La noche del 23 de agosto en El Campín volvió a ser amarga para Junior de Barranquilla. Con un contundente 3-0, Millonarios mantuvo viva la ‘maldición’ que persigue al cuadro tiburón cada vez que pisa el césped bogotano. Desde aquel 6 de agosto de 2017, cuando Jefferson Gómez y Yimmi Chará firmaron la última victoria 2-1 del Junior en la capital, el equipo costeño no ha podido celebrar allí contra los ‘embajadores’ por Liga.
El partido pintaba para romper la mala racha. Junior llegaba como líder e invicto del torneo, con cinco triunfos y dos empates, mientras Millonarios atravesaba un momento crítico, con seis fechas sin ganar. Sin embargo, la historia cambió en el campo: los azules dominaron de principio a fin y con goles de Sebastián del Castillo, Nicolás Arévalo y Danovis Banguero sellaron una victoria que fue más que tres puntos; fue la confirmación de una paternidad.
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Con este resultado, ya son 11 partidos sin que Junior derrote a Millonarios en Bogotá: ocho victorias para los embajadores y tres empates. Ni el cambio de técnicos, ni las plantillas renovadas han logrado torcer la estadística que hoy se siente como una ‘maldición’ sobre los barranquilleros.
El Campín sigue siendo una pesadilla para Junior. Cada visita termina igual: con frustración, críticas y la sensación de que no importa el presente de ambos clubes, la capital mantiene la misma historia. Para Millonarios, en cambio, la victoria llega como oxígeno puro en medio de una campaña irregular que necesitaba un golpe anímico como este.
En caso de que ‘tiburones’ y ‘embajadores’ se encuentren clasifiquen al grupo de los ocho y que los dos se enfrenten, los azules pueden dejar sin aspiraciones de título liguero a los rojiblancos.
El Junior deberá esperar otro año para volver a intentar romper la maldición. Porque en Bogotá, Millonarios sigue siendo su verdugo.
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