El clásico del Eje Cafetero dejó más que tensión futbolera para Once Caldas. El equipo albo no solo se midió con Deportivo Pereira, sino que salió con dos golpes duros en su nómina justo en la antesala de los cuartos de final de la Copa Sudamericana, donde enfrentará a Independiente del Valle.
La primera preocupación llegó incluso antes del pitazo inicial. Alejandro García, volante creativo y pieza vital en el armado de juego, quedó descartado tras resentirse de un dolor muscular en el calentamiento.
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Su ausencia obligó a replantear la alineación sobre la marcha, restando conexión entre el mediocampo y la delantera.
Pero lo peor vino durante el partido. Kevin Cuesta, defensor central, encendió las alarmas cuando pidió el cambio por una molestia en el aductor.
La salida inesperada obligó a un reajuste defensivo que trastocó la idea inicial del técnico Hernán Darío Herrera.
El cuerpo médico de Once Caldas realizará exámenes en las próximas horas para conocer la gravedad de ambas lesiones.
Lo cierto es que la preocupación crece, pues el calendario aprieta y el duelo internacional ante Independiente del Valle se jugará en cuestión de días.
El equipo manizaleño, que vive un renacer en torneos continentales tras años sin protagonismo, necesita a sus mejores hombres disponibles para pelear un cupo en semifinales.
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La baja de García resta creación y manejo, mientras que la de Cuesta golpea la solidez defensiva.
Once Caldas espera noticias positivas de la enfermería, aunque ya se analizan alternativas tácticas para suplirlos. El clásico dejó claro que la batalla no solo está en la cancha, sino también en mantener al plantel sano y listo para el reto internacional más importante del año.
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