En el fútbol colombiano, donde las historias de superación suelen marcar el pulso de cada temporada, aparece un nombre que empieza a ganar espacio entre quienes siguen de cerca las divisiones de ascenso: Yuber Hinestroza, goleador de la Primera C BetPlay, 25 años, trabajador incansable, vecino orgulloso de su barrio y ejemplo de un talento que sigue esperando la mirada del fútbol profesional.
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Hinestroza no entrena a doble jornada en un club de élite ni vive en una concentración dedicada exclusivamente al balón. Su vida transcurre entre dos oficios tan exigentes como dispares: trabaja como rapimotero y también como minero, mientras vive con su mamá, con quien comparte cada pequeño triunfo.
Aun así, desde hace tres años, compite en el torneo de la Primera C BetPlay con una constancia que sorprende incluso a quienes lo ven enfrentarse a rivales formados en escuelas profesionales.
“Siempre he sido muy trabajador y casi no le dedicaba tiempo al fútbol”, cuenta. Y quizás por eso su historia llama tanto la atención: empezó “tarde”, a los 17 años, cuando un entrenador lo vio jugar un partido informal y lo detuvo para decirle que tenía potencial.
Ese comentario cambió su rumbo. Desde entonces comenzó a jugar torneos locales, a aprender sobre la marcha, a descubrir su propia disciplina. Aunque el camino fuera más largo que el de muchos, la pasión alcanzaba para sostener cada paso.
Hoy, con más goles que excusas y con un rendimiento que ya genera conversación entre entrenadores de categorías menores, Yuber mira hacia adelante con ilusión y también con claridad.
“Las expectativas son altas, pensando en una tercera división que ahora puede llegar a ser profesional”, afirma.
El talento no siempre está en el profesionalismo
La posibilidad de un sistema competitivo más robusto le abre la puerta a cientos de jugadores como él, que entrenan al amanecer o de noche. Esto es después de trabajar, para seguir persiguiendo un sueño que, hasta hace poco, parecía reservado para otros.
Si tuviera que elegir un momento especial de su camino reciente, se queda con uno: “Mi mejor recuerdo fue darle la clasificación a mi equipo a tercera fase de la Primera C BetPlay este año”. Ese gol no solo significó una celebración colectiva, sino la confirmación de que su nombre ya no pasa desapercibido.
Historias como la de Yuber hinchan el calendario del torneo. También le recuerdan al fútbol colombiano que el talento no está únicamente donde hay reflectores. Mucho de lo mejor aparece en canchas de barrio, en partidos donde los jugadores llegan corriendo desde sus trabajos.
“La Primera C BetPlay se ha consolidado como un escenario clave para visibilizar el talento que nace en las regiones del país y para ampliar las oportunidades de inclusión social a través del fútbol.
Es un espacio donde jugadores con disciplina, compromiso y vocación competitiva demuestran que el talento se encuentra en toda Colombia. Casos como el de Yuber Hinestroza reflejan el valor de esta categoría: futbolistas que, con esfuerzo y convicción, están listos para aportar al crecimiento del fútbol profesional colombiano”, señaló Germán Segura. Él es el gerente general de Corredor Empresarial, compañía dueña de la marca BetPlay.
Un jugador que merece ser visto. Y, ojalá, fichado.
eldeportivo.com.co/BetPlay