Fernando Jaramillo, presidente saliente de la Dimayor, lanzó una preocupante advertencia sobre la influencia de mafias internacionales en el fútbol colombiano.
En una entrevista con El País de Cali, aseguró que organizaciones extranjeras están aprovechando las vulnerabilidades del sistema para manipular partidos, con un interés particular en la segunda división.
Jaramillo explicó que estas mafias provienen principalmente de Europa y no se limitan a Colombia. Su principal estrategia radica en explotar la fragilidad económica de la categoría B, donde los jugadores reciben menores salarios y pueden ser más susceptibles a ofrecimientos irregulares.
El dirigente destacó que varias denuncias han surgido en torno a la segunda división, donde los intentos de corrupción han sido más evidentes. Sin embargo, los clubes han reaccionado activamente, presentando quejas para evitar que esta problemática siga creciendo. “Los equipos han denunciado, lo que muestra que hay un esfuerzo por controlar la situación”, señaló.
La revelación de Jaramillo pone en evidencia la magnitud del problema en el fútbol colombiano. Los amaños no solo afectan la integridad del deporte, sino que también ponen en riesgo la credibilidad de las competencias. Varios jugadores han alzado la voz sobre estos casos, lo que confirma que la amenaza es real y sigue latente.
Con la inminente salida de Jaramillo a finales de febrero, el reto para la Dimayor será reforzar los controles y garantizar la transparencia del torneo. La lucha contra este fenómeno apenas comienza, y el fútbol colombiano deberá tomar medidas drásticas para erradicar cualquier intento de amaño en sus competiciones.
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