Boca respiró una bocanada de aire fresco con Miguel Ángel Russo al mando. Pero el ciclo que prometía levantar al club del peor bache de su historia dio un pequeño susto esta semana con el ex Millonarios: el estratega bonaerense debió ser internado el martes 2 de septiembre en el Instituto Fleni, en Belgrano, tras detectarse una infección urinaria.
Harto de sus rutinas médicas, Russo se había hecho exámenes la semana pasada y no le salió nada. Sin embargo, el visible agotamiento en el banco, incluso se quedó dormido durante un partido, alertó al cuerpo técnico y se hicieron nuevos controles. Ahí salió a la luz el problema.
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Los médicos decidieron mantenerlo internado al menos 24 horas. Le pasaron antibióticos por suero para acelerar su recuperación y lo hidrataron. Aunque está estable, la prudencia madrugó primero.
Este miércoles, Russo no dirigirá el entreno del equipo; su ayudante Claudio Úbeda tomará las riendas junto a Juvenal Rodríguez y el resto del cuerpo técnico.
El dato que aliviana un poco el panorama: el parón por la fecha FIFA le juega de aliado. El próximo compromiso oficial de Boca llega el domingo 14 de septiembre contra Rosario Central en Arroyito. Ese descanso le podría servir al técnico para regresar renovado y poner a punto al equipo.
Russo no es nuevo en esto de pelear fuera de la cancha. El pasado 2017, mientras comandaba a Millonarios, libró una dura batalla contra el cáncer, enfrentó tratamientos y regresó para darle un título al club embajador. Hoy, esa historia de superación y firmeza lo respalda una vez más.
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