El arranque del segundo semestre de 2025 para Millonarios golpea de frente. El equipo que hace poco se acostumbró a pelear finales y levantar títulos hoy mira la tabla desde el fondo, con apenas un punto y un fútbol muy lejos de aquel que enamoró a su hinchada. La crisis es evidente y mezcla decisiones dirigenciales, planificación deportiva y coyunturas difíciles de manejar.
En lo deportivo, el cambio de técnico no se asimila, a pesar de ya tener un semestre de experiencia. David González llegó con ideas nuevas, pero ahora tiene una plantilla golpeada por la salida de referentes como Álvaro Montero, Daniel Cataño y Radamel Falcao García. Las incorporaciones no llenan esos vacíos y el equipo carece de jerarquía en los momentos clave.
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En lo institucional, la hinchada mantiene un divorcio con la dirigencia. Los hinchas critican a Azul & Blanco S.A. por la política de fichajes, la falta de inversión y la gestión del proyecto deportivo. El reciente fallo judicial que obliga al club a permitir pancartas críticas en El Campín refleja un ambiente tenso que también golpea lo anímico.
El calendario tampoco ayuda: partidos aplazados, fechas incómodas y compromisos de Copa BetPlay obligan a rotaciones forzadas. La decisión de darle descanso a piezas clave pensando en el clásico contra Santa Fe, que finalmente no se jugó, muestra cómo la planificación choca con factores externos.
Debe reforzar zonas débiles, recuperar la confianza del grupo y reconectar con la hinchada. Si no lo hace, otro semestre perdido dejará de ser un temor para convertirse en una realidad. El reto es enorme y el tiempo, como siempre en el fútbol, corre rápido.
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